sábado, 26 de enero de 2013

LA NATURALEZA NO DEJA DE SORPRENDERME

La planté y se me murió. Recuerdo cuando adquirimos la parcela de naranjos en el Brosquil con la idea de transformarla en un jardín informal. Entre las diferentes variedades que introdujimos, tuve especial predilección por la “Passiflora caerulea”, ya que reunía cualidades de gran valor cromático, curativo y simbólico que por su crecimiento rápido, la belleza de sus flores aromáticas desde el azul celeste al púrpura claro, su fruto carnoso y comestible, no podía faltar. Me esmeré en la plantación, ubicación y posterior cuidado, pero se me murió en invierno. Sentí frustración al haber fracasado; tres años después, en primavera, me emocioné al observar la exuberancia y floración de la planta trepadora Passiflora caerulea; supe en aquel momento qué maravillosa y sorprendente era la naturaleza.

 

         Toni Bonacho

No hay comentarios:

Publicar un comentario